ALEJANDRA RIVERA “LA JAROCHA”
Regalo para los papás
ALEJANDRA Rivera es la playmate de junio, quien se declara una comediante a la que le gusta tomarse las cosas en serio; por eso su aparición en las páginas de Playboy representa uno de los ‘highlights’ de su carrera y acostumbra a romper esquemas.
-¿Cuándo te diste cuenta de que tenías gracia para contar chistes?
“Toda la vida. A mis amigos y mi familia les gustaba mi carisma. Pero sobre todo en familia, siempre estaban con el típico: ‘cuéntanos un chiste’. Nunca falta la sobrina chistosa y en mi caso era yo. Sin embargo, muchas de las cosas que dices son precisamente las que nunca debe decir una ‘señorita’”.
-¿Cómo lidiaste con esa parte?
“Siempre estuve rompiendo esquemas. Nunca he sido una mujer que obedezca los patrones sociales. Si una ‘señorita’ debe comportarse así o asado, me vale. A mí me gusta hacer lo que me hace feliz”.
-¿Nunca te lavaron la boca con jabón?
“Mi mamá lo intentó varias veces. Me decía: ‘tanto que invertí en tu educación para que terminaras contando chistes’. Hay un dicho que establece: ‘el que te hará reír, te hará gemir’”.
-¿Funciona también para las mujeres?
“Sí, creo que ser tan auténtica, sin poses, me ha ayudado a contar mejores chistes y a que la gente me quiera más. Porque además no me gusta la gente amargada. ¡Mi marido me hace reír mucho, y yo a él!”.
-¿Qué tan complicado es trazar una línea entre la mujer que vemos en pantalla y la que eres tú bajo el escenario?
“No es difícil, porque mi familia y mis amigos saben perfectamente quién soy. Arriba del escenario soy Ale La Jarocha, pero en mi hogar soy Ale, un ama de casa dedicada y entregada”.
-¿Cómo era tu vida en Veracruz?
“Tuve una infancia muy humilde y muy feliz. Siempre me gusta presumirla porque fue muy divertida. Hasta los diez años viví en el rancho, entre burros y caballos de dos y cuatro patas. Me gustaba mucho hacer ejercicio, nada de vicios. Todo era bonito”.
-¿Sufriste un shock cuando llegaste a la CDMX?
“Sí, como la India María en la película en la que llega a vender naranjas con su burro Filemón. Sentí que la Ciudad de México me comería, tenía pavor. Llegué a los 16 años a Televisa, a hacer ‘Atínale al precio’. La vida era muy rápida, pero mi mejor amigo nunca me dejó caer”.
-Siendo una mujer atractiva y viniendo de provincia, pudiste ser víctima de algún hombre pasado de listo, ¿fue tu caso?
“No, porque me crié entre hombres, tengo hermanos y primos mayores. Aprendí a darles en su madre. Literal. No me dejo y hasta la fecha, al que se pase y me lance un piropo en la calle, algo humillante, me le pongo al brinco. Sé defenderme”.
-¿Qué dice tu esposo (el tenista César “El Tiburón” Ramírez) de que poses para Playboy?
“Primero no podía creer que me llamaran. ‘¿Es neta?’, me preguntaba. No es fácil ser mi pareja, lo entiendo. Tendrá que asimilar que no es fácil compartir algo que es sólo de él. Aunque yo le digo: todos admiran, pero nadie toca.
-Te casaste con él a los 15 días de conocerse en persona; ¿así eres de acelerada para todo?
“Sí, nos enamoramos muy rápido. Después de cuatro años de sólo platicar por Whatsapp y no podernos ver, de que cada uno tenía otra relación, se dio la oportunidad de vernos el 16 de diciembre. Fue amor a primera vista. Platicábamos y yo decía: “qué bonitos saldrán mis hijos. Planeamos la boda en ocho días”.
-Tu portada será un regalo para los papás, ¿te gusta la idea?
“Sí, para todos, menos para el mío”.