POR GRACIÁN DE HERRERA
Bajo el sol o en el gimnasio, la figura femenina se ha transformado, son mujeres de cuerpo atlético y curvas de alarido. No hace mucho, las flacuchas dominaban el mundo de su sexo y así podemos retroceder en el tiempo y cada época tiene valores estéticos distintos.
Existe una revista llamada “Yoga Pans” donde podemos disfrutar del mundo de la cultura de la salud y el cuidado personal. Desde las deportistas consumadas en el olimpismo hasta el particular escenario de su hogar. Es visual y una en su concepto.
Es un deleite el espacio que recrea el ego y comparte los avances que moldean los cuerpos hasta donde las posibilidades sean parte del juego. Ellas representan con esmero y sumo cuidado el aprovechamiento del tiempo libre y la plusvalía reflejada en la salud.
Son los tiempos actuales donde la equidad de género es un valor intrínseco, donde la belleza tiene nuevos cánones y hasta la moda tiene que ver en la arquitectura de la mujer, en la pausa y el momento; en la vitalidad y el gozo por la existencia.
Ellas son más exigentes en todo lo que emprenden, en todo lo que desean y en todo lo que conquistan.
Nosotros no debemos perder la caballerosidad para cuidar lo delicado de sus emociones y los detalles que suelen demostrar cuando el corazón se ha partido en el nuevo equilibrio de este mundo contemporáneo.
Mágicas emociones, la juventud se impone hoy y siempre. Por eso el compositor mexicano Martín Urieta no se equivocó con sus mujeres divinas, quienes nos llevan a la Gloria.